Erotopia
¿Donde reside nuestra identidad?, ¿que es aquello que nos define individual y colectivamente? La respuesta a estas preguntas tantas veces planteadas quizá no este en otro lugar que en el cuerpo. Somos lo que hacemos con nuestro cuerpo, los usos que le damos y las maneras en las que esos usos encarnan: lo que comemos, lo que vestimos, el conjunto de nuestros realizaciones lingüísticas, los deportes que practicamos, nuestras expresiones amorosas, nuestras formas de acoplarnos. Pero somos también la manera en la que imaginamos al otro, en la que representamos nuestro deseo.
Así, el cuerpo es un gran receptor y emisor de signos culturales, entre los que sobresalen los signos eróticos Sobresalen porque son signos de renovación y de vida. Desde su origen mitológico Eros esta asociado a la luz; surgido tras las tinieblas del caos primigenio, es el que trae el día, la claridad.
A diferencia de Tanatos, ángel nefasto, cuya caricia resulta letal, la flecha de Eros nos inflama de deseo, nos hiere de amor.
¿Como los ecuatorianos hemos vivido e imaginado el deseo desde los remotos días de nuestros pueblos aborígenes hasta la actualidad? ¿Que producciones simbólicas han generado nuestras experiencias corporales?¿ que otros temas y territorios sagrados o profanos han explorado en sus obras?Estas son las preguntas que han sustentado la confección del libreto curatorial de esta exhibición.
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